Las piernas se preparan. Cada parte del cuerpo se apresura a concentrarse, moverse, estar listos para recibir al personaje, al espectador, al creador de uno mismo a cada escena. Mientras vocalizas tienes un extraño arrojo, un instante de duda ante un talento que tal vez esta noche no aparezca. Y si fuera el caso ¿cómo responder al compromiso de aquellos ojos? Porque no hay pantalla o cuarta pared que nos separe. Te detienes. Y luego recuerdas que esto es lo único que te interesa hacer, vives para ese momento, para esa total entrega. La función comenzará.
El teatro es lo mejor que puede haber. Recomendación. "Dirección Gritadero "de Guy Foissy, en Teatro Francés Contemporáneo, Ediciones el Milagro. De venta en Auctoris. Es la historia de tres señoras que esperan el autobús al gritadero. Un lugar reservado para gritar. No se permite hacerlo en otro lugar, solo ahí. ¿Pero qué pasaría si el camión no pasara? ¿Cómo sobrevivir cuando no hay escape a las frustaciones? "Monólogos entrecortados con otros monólogos" dice más o menos la señora 3 al evidenciar la incapacidad del ser humano para comunicarse. Tres extrañas con nada más que su propia humanidad. Quizá sería oportuno una reseña soberbia, pero mejor preferiría que cada lector descubra esta obra, la interprete, la sufra, la disfrute. (Foto de la puesta en escena de Dirección Gritadero por el grupo Nigredo)