El libro de mi vida

Un relato, una idea, una imagen. Un vistazo a unas líneas que pueden dar otro sentido, un retorno o un impulso hacia otra dirección. Así, entre la páginas nos detenemos en silencio y evocamos una sonrisa, un sí compartido después de una lectura mutua. Y después, ¿Qué sigue? ¿Un desvelo? ¿Un amanecer testigo del principio de una obra? ¿Quién sabe? Solamente él que lee y se sumerge irremediablemente a un mar de lecturas. Para ahogarse, ejercitarse, disfrutar, sentirse perdido o sentirse a salvo. Todo y nada. Millones de respuestas y un sin fin de preguntas que cambian la vida. (fragmento MIRG).

El problema de la tecnología.

Comienzo a escribir mientras la computadora se empeña en no mostrar mis frases. Un blanco y un ruido que delatan cómo "piensa". Y yo a merced de un ente que otra veces me ha resuelto la vida, pero ahora, entre tantos trabajos inconclusos y esterilidad de ideas ella la computadora me ha dejado escrib ir solo. Cometo errores pues no es posi ble ir a tiempo, todo se retarsa como esta vida en la que hub iera hehcho fala un bien cueros de mecanografía. (Cometo errores pues no es posible ir al mismo tiempo, todo se retrasa como esta vida en la que hubiera hecho falta un vuen curso de mecanografía, vendarse los ojos, tapar el teclado y ahora sí dejar que tus dedos se deslicen por todas esas letras y forme las palabras. Las palabras de tus propias obseiones que ahora estarán en medio de unos cuantos navegantes. Unos solo que han dado por un error a todo este intento, esta suma de preocupaciones y silencios. Un gran grito en el mar, un grito disperso y carente de partidarios. No habrá eco, ni oposición, ni desvelo. Un simple quejido de un solitario que se ha conformado, ahora no le molesta conversar con la computadora. (MIRG. fragmento)